jueves, 22 de marzo de 2018

Olvid(arte)

Sé que sólo somos dos desconocidos, y que todos los momentos que alguna vez compartimos ya no son más que cenizas en el viento.

Sé que ya no sonríes al escuchar mi nombre, que probablemente tiraste todo lo que alguna vez te hice, y que rara vez te acordarás de mí.

Sé que para ti fui una página más entre un mar de letras, y que ahora habrás cambiado incluso de libro.

Sé que los lugares a los que fuimos juntos, y los que dijimos que visitaríamos, han recuperado su significado original y ya no te recuerdan a mí.

Sé que todo ha vuelto a la normalidad en tu vida, y que dejarme atrás fue lo mejor que pudiste hacer para conservar tu cordura.

Lo sé.

También sé que mi antiguo yo murió el día que comprendió que nada volvería a ser como antes, que prefirió darse por vencida a seguir luchando por una causa perdida.

Se que todos los días me miro al espejo tratando de encontrar en mis ojos un atisbo de la alegría que me caracterizaba, pero todo lo que veo es una máscara gris acaparando el lugar donde solía vivir mi sonrisa.

Sé que nunca entenderás lo que es llevar una vida gris cuando antes eras todo color.

Sé que nunca sabrás lo que es provocarse dolor a uno mismo para recordar que sigues vivo.

Sé que nunca sabrás lo que es convivir con tu propio fantasma, mirarle y decirle con lágrimas en los ojos que se vaya porque tú nunca volverás a ser la misma persona.

Sé que nunca vas a entender lo que es darse cuenta de que ya nada dentro de ti merece ser salvado.

Sé que nunca vas a hacerlo y que, aunque supiera la forma de hacértelo entender, nunca te la diría.

Porque te quiero.

Y sé que la única forma de que seas feliz es estando lejos de mí.

Aunque ello suponga no volver a sentir nada, nunca

viernes, 9 de marzo de 2018

Antologías de un alma con olor a lluvia

Viajeros exhaustos,
cargando a sus espaldas
esperanzas fallidas y sueños sin cumplir.

Necios imprudentes,
caminando ciegamente hacia su perdición,
disfrazada de fortuna.

Aventureros incansables,
huyendo de las sombras,
en busca de abismos tan apetecibles como escalofriantes.

¡Oh, destino caprichoso
que te juegas a los dados
la suerte de aquellos que aún creen en ti!