miércoles, 29 de marzo de 2017

29/03/17

Sentada en la esquina de su habitación, con los pies descalzos y los ojos llorosos, observó la luz de la luna filtrándose tímidamente en la estancia revestida de oscuridad. 
Anhelaba recibir el amor incondicional de una familia, los consejos de una madre y los cuidados de un padre. Llegó a la conclusión de que, si tuviera alguna posibilidad, por ínfima que fuera, escaparía de aquella trágica realidad en la que se había convertido su vida. 

-¡Ya estoy en casa! -El sonido familiar de una voz consumida por el alcohol retumbó en el piso de abajo, disipando la tranquilidad silenciosa del ambiente. 

Armándose de valor, bajó las escaleras para ayudar a un padre que había dejado de serlo en el momento en el que antepuso la bebida a su familia. 

Tumbado en el sofá, rodeado de cristales rotos y esperanzas perdidas, se encontraba el hombre que había jurado una y mil veces protegerla de cualquier peligro, el hombre que la había enseñado a creer en la magia a través de sus cuentos, el hombre que había curado todas sus heridas pero que ahora se las provocaba. 

Cuán irónica es la vida, pensó, la única persona capaz de hacerme olvidar las pesadillas se ha acabado convirtiendo en una de ellas.

sábado, 25 de marzo de 2017

Historia de un lienzo vacío

Veía las calles de una ciudad surgida de los sofocados gritos de miles de almas desesperadas,
veía transeúntes vagando sin rumbo por el entramado irregular de edificios que conformaba aquella ciudad sin nombre, 
veía el movimiento agitado de vehículos y motocicletas que cortaban el aire con su frenético paso,
veía individuos apresurándose a coger los últimos sitios del metro, inconscientes de que la necesidad de ir rápido impide observar,
veía jóvenes rindiéndose y bebiendo sus últimas esperanzas mezcladas con alcohol barato,
veía personas hipócritas forzadas a llevar máscaras por miedo a mostrar lo que verdaderamente eran, 
seres sin rostro ni voluntad.
Varios ojos miraban hacia el mismo punto, pero ella observaba todo un mundo donde los demás veían solo un lienzo blanco.


sábado, 11 de marzo de 2017

El ser humano

Su piel era un lienzo desgastado cuya superficie revelaba la historia de su vida. Los profundos surcos dibujados en su rostro, las marcas de guerra y las líneas de expresión, no eran más que constantes recordatorios de una vida marcada por la tragedia, el hambre y la soledad.
A través de sus cansados ojos, observaba cada minúsculo detalle de aquel mundo que tanto había cambiado desde su juventud. El cielo seguía siendo el mismo, incluso la tierra, las montañas y el mar permanecían intactos, pero ya nada era igual.
Aquellos preciosos paisajes habían presenciado desgarradoras escenas capaces de hacer que hasta el más confiado perdiera la esperanza. Personajes avariciosos presumiendo de su riqueza frente a una humilde familia vendiendo su último recuerdo familiar por un mísero trozo de pan; individuos capaces de traicionar a su madre con tal de mantener las apariencias; gente matando por el simple placer de exhibir su valentía; en definitiva, seres humanos siendo seres humanos.
Tumbada en el suelo, sintiendo la húmeda tierra bajo sus dedos rugosos, cerró los ojos. Y en aquel momento, se sintió menos humana que nunca.


viernes, 10 de marzo de 2017

Grito silencioso


Éramos dos extraños jugando a ser libres, ignorando las cadenas que nos ataban a una sociedad cada vez más caprichosa.
Nunca fuimos capaces de encontrar una expresión que definiera aquel vínculo tan extrañamente maravilloso que compartíamos, pero lo que sí sabíamos, era que entre nosotros, las palabras no eran necesarias. Las miradas furtivas que nos lanzábamos gritaban silenciosamente aquellos secretos que nunca fuimos capaces de confesar en voz alta. Los gestos y señas se convirtieron en los protagonistas de una relación que jamás podré explicar y, mucho menos, olvidar.